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Inevitablemente, el verano se asocia al relax… pero esto no debe extenderse a las medidas básicas de higiene bucodental. Además, la mayor exposición al sol, así como la práctica de un número mayor de actividades deportivas al aire libre, pueden aumentar el riesgo de aparición de lesiones en los labios o aumentar la incidencia de traumatismos dentales.

La importancia de una alimentación saludable
Mantener una dieta saludable es imprescindible para la prevención de muchos tipos de enfermedades, pero también para mantener una adecuada salud bucodental. Básicamente, los alimentos que protegen la salud oral se incluyen dentro de la denominada dieta mediterránea, que fomenta el consumo de frutas, verduras, pescado y aceite de oliva, limitando el consumo de azúcares y carnes rojas.
Las frutas y verduras son una importante fuente de nutrientes, vitaminas, fitoquímicos y fibra que funcionan como antioxidantes y antibacterianos estimulando, además, la inmunidad celular. Consumir al menos 5 piezas diarias, puede ayudaren la prevención de las enfermedades periodontales, reduciendo la pérdida de dientes y mejorando la calidad de vidarelacionada con la salud oral.
Además de ser saludable, ingerir fruta fresca y vegetales crudos como el apio, la manzana, la zanahoria y la sandía refrescan el aliento, pudiendo ayudar también a reducir la placa bacteriana.
En cuanto a las bebidas, es importante limitar el consumo de zumos envasados y bebidas energéticas o carbonatadas. Su alto contenido en azúcar y dióxido de carbono supone un riesgo para la formación de caries, así como incrementa la sensibilidad dental y erosión del esmalte. Es fundamental mantenerte hidratado bebiendo dos litros de agua al día; esto ayuda a mejorar la sequedad bucal ya contrarrestar la pérdida de líquidos producida por la sudoración.
¿Cómo prevenir los traumatismos dentales?
La frecuencia de los traumatismos dentales es relativamente alta en pacientes jóvenes y niños, sobre todo en momentos de ocio y juegos. En adultos, el principal factor causante de traumatismos dentales se asocia a la práctica de deportes de contacto o combate (como el fútbol, balonmano, baloncesto, artes marciales) y otros deportes (como el ciclismo, patinaje, pádel o squash).
Por este motivo, el aumento de la actividad lúdica en vacaciones de verano podría suponer también un incremento de la incidencia de estos traumatismos dentales.
También tienen un riesgo elevado de sufrir estos eventos las personas que tienen malposición de dientes con un excesivo resalte dental en las que incluso estaría indicado un tratamiento de ortodoncia preventivo
. Entre otros, te aportamos algunos consejos prácticos para la prevención de traumatismos dentales:
– No permita que los niños usen patines sin una adecuada protección.
– Recomiende no empujar al jugar y tener cuidado con los “cabezazos”.
– Instruya al niño a quedarse sentado en el columpio y no saltar cuando esté en movimiento.
– Usar siempre las escaleras al salir de la piscina.
-Tenga especial precaución en parques acuáticos, evitando momentos de mucha aglomeración.
– Si el niño participa en deportes como rugby, hockey, karate, skate (o cualquier
actividad que implique un trauma potencial en el área facial), asegúrese de que use casco y protector bucal.

Protege tus labios del sol
Los labios son una zona especialmente sensible a la radiación ultravioleta, pues su piel es más fina que la del resto del cuerpo. El uso de cremas de protección solar para proteger nuestra piel del sol cuando realizamos actividades al aire libre, tanto en verano como en invierno , es una práctica muy frecuente. Pero, sin embargo, la aplicación regular de un bálsamo labial que proteja nuestros labios del sol es algo menos habitual. No realizar este gesto tan simple puede provocar herpes labial, queilitis o incluso, lesiones más graves.
El cáncer de piel en los labios normalmente se desarrolla en personas con piel clara y cuando hay una exposición crónica al sol durante más de 20 años, afectando más frecuentemente a hombres que a mujeres (con una edad media de unos 50 años). Otros factores de riesgo de cáncer labial, además, del sol, son el consumo de alcohol, los estados de inmunosupresión y el hábito tabáquico. En general, el principal factor predisponente para sufrir este tipo de cáncer es el sol.