Aproximadamente en el 90% de los casos de halitosis genuina, el origen del mal olor está en la boca; de estos casos, algunos se asocian con algún tipo de patología periodontal (gingivitis y periodontitis ). En otros casos se debe a efectos secundarios de algunas enfermedades o tratamientos.
¿Cuáles son los factores implicados?
– Sin duda, la mala higiene oral se halla en el origen de gran parte de estos casos.
– La disminución de la saliva durante la noche hace que aparezcan en la boca bacterias productoras de gases malolientes. Es el aliento matutino. Algo normal y corregible con una buena higiene diaria.
– Los cambios en las glándulas salivares por el paso del tiempo también afectan a la higiene de la boca: a menos saliva, más posibilidad de caries y demás enfermedades bucodentales.
– Si fumas, tienes más riesgo de sufrir halitosis.
– Y luego hay alimentos como la cebolla o el ajo que también producen un «aliento fuerte», pero sabemos que esto es circunstancial y temporal.
– En este grupo de personas, la halitosis puede estar provocada por enfermedades periodontales y caries.
– La existencia de úlceras o infecciones víricas, infecciones bacterianas o causadas por hongos.
– También puede ser un efecto secundario a tratamientos oncológicos de radioterapia o quimioterapia.
– En ocasiones, el mal aliento puede ser síntoma de enfermedades digestivas, respiratorias (sinusitis) o sistémicas, como una Diabetes Mellitus mal controlada, una incipiente enfermedad renal y o una disfunción hepática.
Recordar que la aparición del mal aliento se debe, principalmente, a la presencia de unos gases, denominados compuestos sulfurados volátiles (CSV) en el aire expelido desde la cavidad bucal. Los tres compuestos sulfurados volátiles más importantes son el sulfuro de hidrógeno, el metilmercaptano y el dimetil sulfuro.No debemos olvidar que la halitosis nos da pistas sobre nuestro estado de salud, tanto de salud bucodental como general.