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La moda que ha surgido en las redes sociales de aparecer sonriendo con una lima de uñas entre los dientes, animando a modificar la forma y tamaño de los dientes, no solo es totalmente desaconsejable, sino que puede conllevar repercusiones muy negativas en la salud de la boca.

Las redes sociales, sin duda alguna, han cambiado la manera de informarnos y de relacionarnos, pero no podemos dejar de tener en cuenta que, si bien son una herramienta rápida y útil para encontrar información, también es un entorno en el que la mentira y el engaño han encontrado el lugar ideal en el que campar a sus anchas. Como advierte la periodoncista Mónica Muñoz, “nos pueden engañar de una manera muy sencilla, sin que nos sintamos engañados”; y es que, según advierte la experta que forma parte del equipo de profesionales de ‘Cuida tus Encías’, “damos a veces por cierto casi todo lo que aparece en internet y en nuestras redes sociales, pero esto puede tener repercusiones negativas, especialmente si hablamos de temas de salud”. Un ejemplo es la moda que ha surgido de en las redes sociales, animando a modificar la forma y tamaño de los dientes con una lima de uñas.

Solo en casos indicados
“Los dientes, además de tener una función estética, tienen sobre todo una función masticatoria y fonética que no debemos modificar a la ligera”, subraya la Dra. Muñoz; por eso, aconseja que “si quieres cambiar la forma, el tamaño, el color de tus dientes es imprescindible consultar con tu dentista”.
A veces, se puede hacer este cambio en los dientes, y de hecho se hace: por ejemplo, si tenemos una boca pequeña y dientes grandes (hay una discrepancia entre continente y contenido), si la forma en la que encajan los dientes entre ellos al masticar no es la correcta o si algún diente “choca” antes que el resto al cerrar la boca. Sin embargo, son casos indicados y bien evaluados por el equipo dental.
El peligro, por lo tanto, es llevar a cabo esta práctica por motivos que no obedecen a criterios odontológicos. “Haciéndolo porque sí, podemos causar un daño innecesario y difícil de reparar; por ejemplo, podemos crear una sensibilidad al frío o al calor, o hacer que nos resulte complicado morder un bocadillo porque hemos dejado los dientes demasiado cortos”, enumera la Dra. Mónica Muñoz.

Una decisión consensuada e indicada
Al cambiar o pensar en modificar la estética de un diente, se debe valorar bien por qué queremos hacerlo, más aún si se tiene en cuenta que “la estética y la moda cambian cada vez más rápido y lo que hoy nos apasiona mañana nos puede parecer horrible y, por eso también, es desaconsejable efectuar cambios definitivos que nos pueden dar mas disgusto que placer”, razona la experta de SEPA. Es más, como añade la Dra. Muñoz, “también resulta ridículo y peligroso seguir estas prácticas si nos paramos a pensar con un poco de sentido común”. Utilizar una lima de uñas (por mucho que sea nueva) para limar los dientes puede ser un estupendo vehículo para los gérmenes y para expandir infecciones como las que causa la COVID-19; en este sentido, cabe recordar que “los profesionales siempre utilizamos instrumental debidamente desinfectado y esterilizado”.