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Las AFTAS son lesiones benignas superficiales en forma de úlceras o llagas que aparecen en los tejidos blandos de la boca o en la base de las encías. Tienen color blanquecino o amarillento y están rodeadas de una zona rojiza y brillante. No son contagiosas y en ocasiones, pueden producir molestias y dificultar actividades cotidianas como hablar, comer o cepillarse.
En ocasiones se genera una sensación de hormigueo o ardor unos días antes de su aparición.

 

 

 

 

 

 

TIPOS
La estomatitis aftosa recurrente suele aparecer en pre-adolescentes, adolescentes y adultos jóvenes, con una tendencia a disminuir su aparición con el paso de los años. Existen diferentes formas clínicas, entre las que destacan, por ser más frecuentes:
• Las aftas menores. Son las más frecuentes (75 a 85% de los casos) y se caracterizan por ser más pequeñas, tener forma redonda u ovalada, claramente definidas, de color blanco con un borde rojo, poco profundas y que desaparecen al cabo de una o dos semanas sin dejar cicatrices. Suelen localizarse en la mucosa del labio, debajo de la lengua o en los laterales de la lengua.
• Las aftas mayores son más grandes y profundas. Son redondas y tienen bordes irregulares y su tamaño es superior al centímetro, pudiendo llegar a ser muy dolorosas. Son menos frecuentes que las aftas menores (10 a 15% de los casos) y su periodo de curación es más largo: pueden tardar hasta cinco o seis semanas en desaparecer, dejando en ocasiones cicatrices de carácter fibroso. Su base o fondo es limpio y de color blanco amarillento.
• La estomatitis aftosa herpetiforme constituye un porcentaje pequeño (5 a 10%) de los casos de estomatitis aftosa recurrente. Se manifiesta con la aparición de úlceras muy pequeñas (1-3 milímetros) pero muy numerosas, que tienden a unirse en racimos y formar úlceras más grandes de bordes irregulares. Se localizan en cualquier parte de la mucosa oral. Suele aparecer en la tercera edad y afecta especialmente a mujeres.

FACTORES DESENCADENANTES
Los detonantes para su aparición pueden ser:
• Traumatismos (manipulaciones dentales, mordeduras accidentales…).
• Situaciones de estrés o pocas horas de sueño.
• Comidas como el chocolate, frutos secos, bebidas/alimentos ácidos y otras.
• El abandono del hábito tabáquico.
• Alteraciones hormonales, siendo más frecuentes en la fase premestrual.
• Alteraciones hematológicas (déficit de hierro y ácido fólico) o déficit de vitaminas y minerales (vitamina B1, B2, B6, B12, vitamina C o zinc).

¿CÓMO PUEDEN PREVENIRSE?
• Evita aquellos alimentos que puedan irritar la boca. Se recomienda prescindir de comidas muy picantes o especiadas, reduciendo el consumo de frutos secos (nueces), tomate o frutas ácidas.
• Evita cualquier alimento al que se sea sensible o alergénico.
• Mantén una alimentación equilibrada. Para evitar deficiencias nutricionales, de vitaminas y minerales, es recomendable comer muchas frutas, vegetales y cereales integrales.
• Si eres portador aparatos de ortodoncia, pregúntale a tu dentista sobre la cera para ortodoncia para proteger los labios y el interior de las mucosas.
• Si eres portador de otros dispositivos dentales como prótesis movibles, revísalos con la frecuencia recomendada por tu profesional de confianza para que se encuentren en buen estado y lo mejor adaptados posible.
• Si hay algún borde dental roto o desgastado, es aconsejable que tu dentista lo revise y realice un pulido de los mismos o el tratamiento que se considere necesario para mejorar esta situación.
• Intenta reducir el estrés (la aparición de aftas parece estar relacionada con esta alteración), mediante técnicas de relajación que ayuden a canalizar la ansiedad.

¿CÓMO SE TRATAN?
Los tratamientos deben ser individualizados, ya que no hay un tratamiento farmacológico curativo definitivo. Hay varias modalidades terapéuticas que han demostrado ser efectivas para disminuir el dolor y la inflamación y, al mismo tiempo, aumentar la tasa de reepitelización de las lesiones. Estos tratamientos, además de estar enfocados en acelerar el proceso de cicatrización de la lesión, también se centran en prevenir su recurrencia. Su curación completa suele producirse a los 7-10 días después de su aparición, sin dejar cicatrices.

UN AFTA O ULCERACIÓN EN CUALQUIER LUGAR DE LA BOCA QUE NO CURA EN 2 A 3 SEMANAS HA DE SER REVISADA POR TU DENTISTA PARA DESCARTAR UN PROBLEMA MAYOR.