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El objetivo del tratamiento periodontal es el de detener la pérdida de inserción, y evitar una progresión adicional de la enfermedad periodontal, evitando una futura pérdida dentaría.

En numerosos estudios, ha sido demostrado que una de las claves de éxito a largo plazo del tratamiento periodontal es el cumplimento de un mantenimiento regular por parte del paciente. Incluso estudios a 30 años han demostrado que un mantenimiento regular ayuda a reducir el riesgo de caries, sangrado al sondaje, movilidad y de pérdida dentaria (Axelsson et al. 2004).

Tanto la frecuencia del mantenimientos como el qué realizar en cada visita ha de ser individualizada en cada paciente para satisfacer sus necesidades reales.

La frecuencia en la que realizar cada mantenimiento puede variar entre 3 y 12 meses, en función de la situación de cada paciente. Ramseier en 2014, en un estudio retrospectivo, observó que en el periodo en el que los pacientes eran más cumplidores era realizando los mantenimientos cada 4-6 meses.

Una vez obtenida la frecuencia de cada mantenimiento, es importante cómo enfocar dicha visita. La hora de cada mantenimiento ha de ser dividida en 4 secciones:

1. Examen, revaluación y diagnóstico:
Se evaluará la higiene y el índice de placa; los sitios con sangrado al sondaje, los sitios con profundidades de sondaje más elevados y sus niveles de inserción clínica; la presencia de restauraciones, endodoncias, y presencia de caries, realizando radiografías de aleta de mordida al menos una vez al año y alguna radiografía periapical, si fuera necesario.
Esta parte deberá ser realizada en 10-15 minutos.

2. Motivación, reinstrucción e instrumentación:
En esta sección se trata de explicar al paciente el estado de su higiene y situación oral. Si fuera necesario se le vuelven a dar instrucciones de higiene oral, y se le explican técnicas para mejorarlas.
Se instrumentarán subgingivalmente únicamente aquellas profundidades de sondajes superiores a 4 mm con signos de inflamación. Es importante recordar que realizar un trauma sobre zonas sanas, puede llevar a una pérdida de inserción (Lindhe et al. 1982a); sin embargo, bolsas residuales de ≥6mm sin ser tratadas, podrían conllevar a una pérdida de inserción con la consecuente pérdida de la pieza dentaría (Matuliene et al. 2008).

3. Tratamiento de los sitios reinfectados:
En estos casos ha de evaluarse la razón por la que ha habido una progresión de la enfermedad.
Las reinfecciones locales podrían ser causadas bien por la ausencia de una correcta higiene oral o por la formación de unos nichos periodontopatógenos.
Los dientes con afectación de furca tienen un riesgo elevado para volver a tener la infección, con lo que necesitarán de una atención especial. Tras esta visita, en ocasiones es necesario que el paciente acuda 2-3 semanas después para poder corroborar que está realizando correctamente la higiene oral.

4. Pulido de toda la dentición, aplicación de flúor y establecer cuándo ha de ser el siguiente mantenimiento:
Tras el pulido, se han de aplicar los fluoruros, para reemplazar a aquellos que han sido removidos con la instrumentación. Estos nos van a permitir evitarla aparición de nuevas caries, sobretodo en zonas con recesión gingival.
La nueva cita para mantenimiento será planificada en este momento, y su frecuencia será en función del cómo sea la valoración de riesgo del paciente. Para esto habrá factores que influirán como el tabaco, la presencia de enfermedades sistémicas, la presencia o ausencia de sangrado al sondaje, las profundidades de sondaje mayores de 5 mm, y el número de dientes ausentes.

Las visitas de mantenimiento periodontal son un requisito para mantener los resultados en el tiempo. Ha sido documentado en numerosas ocasiones la importancia del mantenimiento con resultados a 30 años, incluso demostrando que la probabilidad de pérdida dentaría en dientes que han sido tratados y no mantenidos es el doble que en aquellos que han sido tratados y mantenidos. Para minimizar las posibilidades de reinfecciones es importante realizar una continua evaluación del riesgo tanto del paciente en general como del diente en particular.