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El desconocimiento o despreocupación por la salud bucodental en nuestro país ha multiplicado en este ámbito la generalización de errores y creencias con escasa o nula base científica. Estos son algunos de los más comunes.

1. Es normal que la encía sangre… y, encima, no me duele. Existe la idea equivocada de que el sangrado de las encías es normal; sin embargo, el sangrado es de los pocos signos que avisan de que una encía está enferma. Una encía sana no debe sangrar. Las enfermedades de las encías no producen dolor y pueden pasar inadvertidas, detectándose habitualmente cuando ya han ocasionado una pérdida ósea extensa e irrecuperable. Cuando aparece el dolor, ya es signo inequívoco de la existencia de alguna patología más importante y, por tanto, más laboriosa y costosa de tratar. No espere a tener dolor para acudir a su dentista, evitando así tratamientos más caros y complejos. Una encía sana no debe sangrar y cuando provoca dolor es porque ya se ha producido un daño significativo.

2. Las enfermedades periodontales no se contagian. La periodontitis es una enfermedad infecciosa producida por bacterias y es lógico preguntarse si puede trasmitirse a hijos y a la pareja. En los estudios publicados se aprecia una presencia del mismo perfil bacteriano en ambos miembros de la misma pareja, siempre y cuando haya una convivencia de más de diez años. Esto apoya la hipótesis de la transmisión horizontal (entre parejas) y vertical (padres-hijos), y curiosamente también se detectan patógenos periodontales no típicos en gatos y perros, lo que sugiere que los humanos podríamos transmitir estos microorganismos a nuestras mascotas. De forma que cuando en una pareja estable uno de ellos tiene enfermedad periodontal puede contagiarlo, si se dan las condiciones adecuadas de bacterias más susceptibilidad genética.

3. El tratamiento ortodóntico es sólo para los niños. El tratamiento ortodóntico se puede realizar a cualquier edad, solamente es necesario que la cavidad oral esté sana. Es especialmente importante el control de la inflamación en las encías durante todo el tratamiento. El diagnóstico previo de cualquier enfermedad periodontal es indispensable, ya que ésta puede empeorar durante el tratamiento ortodóntico si no se ha tratado correctamente. Se precisan, además, unos niveles de higiene oral óptimos y excelentes, para evitar la formación de placa bacteriana y la inflamación. Los movimientos de ortodoncia controlados en pacientes periodontales tratados no producen pérdida ósea adicional; al revés, es beneficioso para la oclusión, función y estabilidad a largo plazo. El tratamiento ortodóntico se puede realizar a cualquier edad, solamente es indispensable que la enfermedad periodontal esté tratada y controlada.

4. Las retracciones de la encía son fruto de la edad. Las retracciones de las encías (es decir, la pérdida de encía o hueso que deja al descubierto parte de la raíz de los dientes) no están en relación con la edad. Se pueden producir también en pacientes jóvenes, ya sea por un cepillado enérgico y lesivo para los tejidos, la malposición dentaria o la presencia de piercings, todo lo cual facilita la exposición de la raíz. Esta situación se puede tratar y corregir mediante injertos de encía , tanto para mejorar la salud como la estética. Tu periodoncista puede informarte de las técnicas disponibles y cuándo es adecuado y necesario realizarlas.

5. Mi saliva hace que forme mucho sarro. La saliva está formada por agua en el 99%, y el 1% restante son moléculas orgánicas e inorgánicas. La placa bacteriana es una biopelícula constituida por bacterias y compuestos salivares. La primera fase de formación de esta biopelícula ocurre a los pocos minutos de haber realizado un cepillado dental correcto. Esto sucede por la adhesión irreversible de bacterias orales, constituyendo la base para la colonización; esta fase dura de 4 a 24 horas. Si no se procede a eliminar con el cepillado este biofilm adquirido, se producirá en los días siguientes (1-14) una colonización secundaria: ahí es donde se multiplican los gérmenes, aumentando el espesor de la placa y mineralizándose, constituyendo el cálculo o sarro. Si bien es cierto que debido al pH hay personas con mayor y más rápida formación de sarro, esto puede evitarse si se realiza un cepillado correcto, exhaustivo y minucioso durante las primeras 24 horas de formación de la placa, evitando que se calcifique.

6. El tabaco tan solo mancha mis dientes. El daño que provoca el tabaco va más allá de las manchas que provoca. Además, puede fomentar el mal aliento o halitosis y, sobre todo, es un verdadero factor de fracaso de los tratamientos periodontales e implantológicos. El tabaco es el causante de una amplia variedad de enfermedades y un factor de riesgo para padecer periodontitis. Los fumadores tienen tres veces más riesgo de sufrir enfermedad periodontal, y que ésta progrese más rápidamente y se responda peor al tratamiento, provocando la pérdida de piezas dentales. Junto al alcohol, es el causante principal del cáncer oral.

7. Mis problemas de encías se quedan en mi boca. Actualmente existe una sólida evidencia que pone en relación la periodontitis y otros trastornos muy frecuentes e importantes, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, los efectos adversos en el embarazo o los problemas respiratorios. Se considera que la periodontitis, como enfermedad inflamatoria, tiene la capacidad de extender esta inflamación hacia otras partes del organismo, provocando un clásico efecto de enfermedad sistémica. La inflamación que produce la enfermedad periodontal no es local; de forma que deberíamos hacernos una valoración bucal para evitar las repercusiones que pueda tener ésta en las condiciones físicas y la salud general.

8. Me cepillo tres veces al día: mis encías están sanas .La eficacia de la lucha contra las enfermedades periodontales no está directa y únicamente ligada al tipo de cepillo ni al número de veces con que cepillamos nuestros dientes, sino que también depende del grado de motivación, el acceso a localizaciones difíciles y el tiempo empleado. Básicamente, de las ganas con que lo realizamos.

9. El cepillo eléctrico estropea las encías y mis dientes .El uso inadecuado del cepillo eléctrico puede producir abrasión en los dientes y retracción en las encías, pero no como consecuencia directa del propio cepillo sino fundamentalmente por la técnica empleada, el uso de pastas abrasivas y el tipo de cerdas (especialmente las duras). Una posición del cepillo correcta durante un tiempo suficiente en cada diente optimiza el resultado.

10. Soy mayor: no puedo y no merece la pena colocarme implantes. Una función masticatoria óptima es de gran importancia se tenga la edad que sea. En la actualidad, la esperanza de vida es cada vez más larga y esto hace que se realicen tratamientos rehabilitadores con implantes a pacientes cada vez de mayor edad. La edad avanzada no es una condición para la colocación de implantes; la única limitación es el estado de salud del paciente. Sí existe en cambio una edad mínima. El paciente debe haber finalizado el periodo de crecimiento (aproximadamente a los 18-25 años, dependiendo del sexo).