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-¿Qué es la apnea del sueño?
La apnea es un trastorno del sueño grave que sucede cuando se interrumpe la respiración regular durante el sueño. Los ronquidos son comunes en pacientes con apnea, pero no todos sufren de apnea.

-¿Qué tipos hay?
Hay dos tipos principales de apnea:
1)Apnea del sueño obstructiva: es la apnea más común, resultado de un bloqueo en la circulación del aire durante el sueño, normalmente cuando el tejido blando en la parte trasera de la garganta se colapsa mientras duerme. Algunos factores de salud, como la obesidad, pueden contribuir.
2)Apnea del sueño central: Resulta de un problema con la manera en que el cerebro indica las órdenes a los músculos de la respiración. La vía respiratoria no se bloquea, sino que el cerebro no indica a los músculos que deben respirar. Este tipo de apnea puede ocurrir con afecciones como fallos cardiacos, tumores cerebrales, infecciones en el cerebro y derrames.

-¿Existen apneas en los niños? ¿ A qué se debe?
Es frecuente en niños y siempre de tipo obstructivo. Unas adenoides y/o amígdalas voluminosas impiden el paso correcto del aire y obstruyen la vía respiratoria provocando pausas de apnea durante el sueño. No descansan bien, duermen de forma agitada, con despertares frecuentes. El ronquido, en sí mismo no es anormal y no hay que tratarlo.
Sin embargo, cuando se acompaña de pausas de apnea, que son segundos en los que el niño deja de respirar, seguido generalmente de una entrada brusca y ruidosa de aire, es anormal, debiendo ser diagnosticado y tratado. Desgraciadamente sólo uno de cada 10 niños con apnea es diagnosticado, los nueve restantes sufrirán retraso en el crecimiento.
Estos niños comen poco y mal, realizarán un sueño no reparador, interrumpido en múltiples ocasiones. Durante el día estarán somnolientos, aprenderán menos, tendrán más fracaso escolar La causa más frecuente en los niños es el aumento del tamaño de las amígdalas y de las vegetaciones. Su extirpación, tras un diagnóstico seguro, resuelve el problema.

-¿ En qué personas es más frecuente?
La apena puede afectar a cualquiera a cualquier edad, aunque los hombres son más proclives a desarrollar el desorden. El riesgo también es mayor para aquellos:
-mayores de 40 años.
-con sobrepeso.
-con grandes amígdalas, un paladar largo o mandíbulas pequeñas.
-con historial familiar de apnea del sueño.
-con una obstrucción nasal debido a un tabique desviado, alergias o un problema sinusal.

-¿Qué problemas de salud ocasiona?
Si se deja sin tratar, la apnea puede dar lugar a una serie de problemas de salud, HTA, fallos y/o ataques cardíacos, diabetes y depresión. Este trastorno respiratorio se asocia con problemas como la hipertensión, el ictus, o el infarto de miocardio.

Cuando existe una apnea obstructiva del sueño, esas pausas, cuya duración es variable, se producen más de cinco veces por hora (30 veces o más en los casos más graves) y suelen finalizar con un sonido brusco y fuerte a partir del que la persona vuelve a respirar. Quien los padece no se da cuenta, pero estos episodios, que van acompañados de ronquidos, no sólo alteran sus patrones de sueño sino que provocan una disminución intermitente pero considerable de sus niveles de oxígeno en sangre, lo que pone en marcha toda una cascada de alteraciones metabólicas con ramificaciones muy extensas.

Está demostrado, por ejemplo, que con cada episodio de apnea el organismo provoca, entre otros efectos, una ‘descarga’ del sistema simpático que eleva la presión arterial y aumenta la frecuencia del ritmo cardiaco. La repetición constante de este patrón consigue que, a medio plazo, la hipertensión llegue a cronificarse.
«Hay una gran evidencia de la relación entre la apnea del sueño y la hipertensión»,la principal responsable de este fenómeno es la falta de oxígeno que se produce con cada episodio de apnea. «La hipoxemia intermitente pone en marcha mecanismos semejantes a los que se producen en las enfermedades cardiovasculares». En ese sentido, aunque menor que en el caso de la hipertensión, también hay una considerable evidencia científica que liga la apnea con una mayor incidencia de infartos e ictus.
De forma paralela a la primera observación, también en 2012, un grupo de investigadores dirigido por el profesor Ramón Farré desde la Universidad de Barcelona, observó en modelos de melanoma replicados en ratones que, en los animales sometidos a una hipoxemia intermitente similar a la que produce la apnea, los tumores «crecían a una velocidad que duplicaba a la del grupo control», señala el investigador. Además, el número de metástasis era también significativamente superior.
«La presencia de una apnea del sueño en un paciente con melanoma conlleva que éste tenga el doble de posibilidades que su melanoma sea de mayor agresividad que en pacientes que sufren melanoma sin apnea del sueño
«Cuanto mayor es el grado de severidad de la apnea del sueño, mayor parece ser el grado de agresividad del melanoma».
«Alertar a todos aquellos profesionales que controlan a pacientes con cáncer, incluido el melanoma, para que pregunten a sus pacientes sobre síntomas relacionados con el descanso nocturno, en especial sobre el síndrome de apnea del sueño, y si existe, que remitan a sus pacientes a las Unidades de Sueño correspondientes para que sean estudiados y tratados si fuera necesario».

-¿Cómo se diagnostica?
La sospecha aparece con las pausas, de duración variable, que suelen finalizar con un ronquido brusco y fuerte a partir del cual la persona vuelve a respirar. Quien los padece no se da cuenta y son personas cercanas quienes lo advierten.
Tras la anamnesis del médico se confirma con un estudio de polisomnografía nocturna en el hospital o en casa mediante equipos portátiles. Se miden varios parámetros durante el sueño.
Más de un 80% de las personas que lo sufren no están diagnosticadas todavía.

-¿Qué tratamientos existen?
Existen varias opciones:
-Ajustar los hábitos del sueño: esto puede implicar sencillamente que no duerma sobre la espalda
-Presión del aire positiva continua (CPAP): un dispositivo que mejora la respiración mientras duerme. El dispositivo suministra aire a través de los tabiques nasales y la presión de aire mantiene la vía respiratoria abierta mientras duerme.
-Aparatos bucales: algunos dispositivos bucales pueden mover y sujetar la mandíbula a fin de evitar que la vía respiratoria se colapse. Las investigaciones demuestran que los aparatos bucales pueden prevenir con éxito la apnea en algunos casos leves a moderados.
-Cirugía: puede recomendarse cuando otras opciones de tratamiento no han logrado eliminar los síntomas de la apnea. En función de la localización y la naturaleza de la obstrucción de la vía respiratoria, el procedimiento podrá ser mínimamente invasivo o más complejo. Puede que sea necesario eliminar las amígdalas u otras partes del paladar blando o de la garganta.

Además de los beneficios de poner en marcha medidas higiénico dietéticas para el control del peso y mejorar los hábitos de sueño, está demostrado que el tratamiento con CPAP mejora la calidad de vida, la somnolencia diurna, la actividad mental o la hipertensión (respecto a otras enfermedades cardiovasculares, los datos aún son controvertidos). Además, también hay muchas evidencias de que este tratamiento previene accidentes de tráfico y reduce los costes sanitarios.